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De Calvino a Servet 
Juan Calvino 
Crisis religiosas o políticas 
Expansión y conflictos de la Reforma

De Calvino a Servet

El protestantismo de Europa Occidental está profundamente marcado por la obra y la personalidad de Juan Calvino (Jean Cauvin, 1509-1564). Su ruptura con la Iglesia se produjo hacia 1533, según él de forma imprevista y por intervención divina.

En 1536, Calvino publicó su obra Institutiones doctrinae christianae, que le acreditaba como el más sistemático de los teólogos reformistas. Aquel mismo año se trasladó a Ginebra, donde con firme voluntad logró imponer su propia reforma. Implantó una severísima disciplina en la ciudad, que no excluía la pena de muerte para quienes se oponían a sus ideas (p. ej., contra el médico español Miguel Servet, condenado a la hoguera por negar la Trinidad). Ginebra se convirtió en la Roma del protestantismo. Muerto Lutero (1546), Calvino fue la figura más destacada y el líder indiscutible del movimiento reformista.

Juan Calvino

Las teorías de Calvino crean una Iglesia de tipo democrático y presbiteriano. Existen en ella cuatro oficios: pastores o predicadores, maestros, presbíteros y diáconos. Se rechaza la figura del obispo. La comunidad es la guardiana de la ortodoxia y la tutora de la ley. Sólo se admiten dos sacramentos: la cena y el bautismo que, por lo demás, no producen ningún efecto en quienes no están predestinados. El calvinismo comparte (aunque con distintas interpretaciones) los dos grandes principios luteranos: que la justificación nos viene de fuera y que la Escritura, principio único de la fe y de las creencias, se explica por sí misma.

El movimiento calvinista se difundió rápidamente por Francia, a pesar de la oposición de los monarcas franceses (que, por otra parte, apoyaban a los reformistas en las tierras del imperio). Las cuestiones religiosas dividieron a las poderosas familias aristocráticas (los Borbones a favor de la reforma, los Guisa en contra). Los enfrentamientos armados fueron numerosos y a veces muy sangrientos. Las guerras de religión se prolongaron desde 1562 hasta finales del siglo XVI. El conflicto se decantó a favor de Roma cuando el hugonote Enrique IV de Navarra, pretendiente al trono de Francia, abandonó la reforma (“París bien vale una misa”) y fue aceptado también por los católicos. En el edicto de Nantes (1598) se concedía a los calvinistas libertad de culto, pero Luis XIV lo revocó en 1683.

Crisis religiosas o políticas

Las doctrinas calvinistas se difundieron en Escocia gracias, sobre todo, a la predicación de Juan Knox, formado en Ginebra bajo la dirección personal de Calvino.

La expansión de la reforma por los restantes países europeos estuvo protagonizada por personajes de menor talla teológica, y las razones religiosas estuvieron con mucha frecuencia entreveradas de ambiciones políticas.

En los Países Bajos, el calvinismo se alió en las provincias del norte con el sentimiento antiespañol liderado por la familia de los Orange.

En Suecia, los protestantes proclamaron (1523) al rey luterano Gustavo I para separarse religiosamente de Roma y políticamente de Dinamarca.

Finlandia abrazó el luteranismo de su influyente vecina, Suecia.

En Dinamarca, la imposición del luteranismo (entre 1533 y 1559) tuvo como objetivo poner fin al predominio del alto clero y de la nobleza. Siguieron este mismo destino Noruega e Islandia, pertenecientes a la corona danesa.

En Prusia, el Gran Maestre de la Orden Teutónica abrazó, a principios de la década de 1520, las ideas reformistas, secularizó los territorios de la orden y se apoderó de ellos con el título de duque de Brandeburgo-Prusia.

Polonia, bajo el reinado de Segismundo I (1506-1548), se mantuvo firmemente católica.

También en Italia y España surgieron brotes protestantes en el entorno de los círculos humanistas, pero la Inquisición cortó de raíz estos movimientos con la celebración de los sangrientos autos de fe de Valladolid (1558-1559) y Sevilla (entre 1559 y 1564).

Expansión y conflictos de la Reforma

A finales del siglo XV, parecía que la reforma religiosa y moral reclamada por las Iglesias cristianas ya la habían iniciado los predicadores y los reformadores de las órdenes religiosas. Pero Roma no renunciaba a su política de poder, y el descontento popular era profundo. Por otra parte, resultaba cada vez más insoportable el pulso político entre la Europa Central y la Mediterránea. El conflicto religioso que desencadenó Martín Lutero encontró terreno abonado para los enfrentamientos no sólo teológicos, sino -y quizá principalmente- políticos. Aquí y en el mapa adjunto se pretende ofrecer unos nombres clave para la comprensión del gran estallido del cisma que marcará al cristianismo durante los cinclo siglos posteriores.

Academia de Ginebra: Fundada en 1559 y dirigida por Théodore de Bèze, fue la principal escuela protestante de Europa.

Andreas Karlstadt: Colaborador de Lutero que abolió los votos monásticos, el celibato sacerdotal y el culto a las imágenes. Defendió que la misa católica no era el sacrificio de Jesús sino una conmemoración de él. Lutero se deshizo de él cuando comprobó su excesivo radicalismo.

Contrarreforma: Movimiento católico de recuperación. En su dimensión política de enfrentamiento a la Europa Central, la Contrarreforma tuvo sus principales bastiones en España e Italia. Tuvo su momento álgido en el concilio de Trento.

Enrique VIII de Inglaterra: Tomó la iniciativa de una Reforma resueltamente hostil al luteranismo. Excomulgado el 11 de julio de 1533 por su divorcio de Catalina de Aragón y su matrimonio con Ana Bolena, tomó una serie de decisiones que abocaron en enero de 1534 a la confirmación del cisma anglicano.

Erasmo de Rotterdam: (Desiderius Erasmus Roterodamus, 1469-1536). Filólogo, filósofo y teólogo no especulativo y humanista, fue un personaje que por un lado fustigó las instituciones y el sistema filosófico de los eclesiásticos de su época -con lo que preparó el camino del protestantismo- y por otro se enfrentó ideológicamente con Martín Lutero, con quien a pesar de todo le unían lazos de profundo respeto.

Federico I de Dinamarca: Una vez destronado Cristián II, hizo del luteranismo la religión oficial. Su victoria sobre el pretendiente católico determinó, en 1537, el paso de Noruega al protestantismo.

Gustavo I Vasa: Rey sueco; al liberar Suecia de la dominación danesa en 1523, secularizó los bienes del clero y organizó a partir de 1529 una Iglesia luterana estatal estrechamente sujeta a la monarquía nacional.

Humanismo: Movimiento intelectual que a partir del estudio de los textos antiguos propugnaba, en el Renacimiento, el cultivo de las facultades del hombre para acercar a éste a un ideal que creía realizado en la antigüedad grecorromana. En el siglo XVI, el humanismo de Erasmo de Rotterdam había introducido en el estudio filológico de la Sagrada Escritura y la crítica de las creencias y las instituciones religiosas del cristianismo.

Johannes Tetzel: Fraile dominico alemán que en tiempo de Lutero recorría Sajonia predicando la indulgencia concedida por el papa León X para financiar la reconstrucción de San Pedro.

Juan Calvino: Francés (Jean Cauvin). Reformador más estricto que Lutero, en 1536 publicó la Institución de la religión cristiana, una obra que defendía que el Evangelio es la única fuente de la verdad. Su autoridad se extendió a Ginebra. Exiliado, reconstruyó en Estrasburgo una Iglesia de refugiados franceses y combatió todo entendimiento tanto con los luteranos como con Roma, lo que no le impidió denunciar a Miguel Servet ante la Inquisición Católica.

Reforma: Movimiento religioso del siglo XVI, por el que una gran parte de Europa se sustrajo a la obediencia del Papa, lo que dio origen a las diversas Iglesias protestantes.

Thomas Cromwell: Consejero de Enrique VIII de Inglaterra. El 11 de febrero de 1531 consiguió que el parlamento votara la subordinación de la Iglesia a la Corona.

Thomas Münzer: Colaborador de Lutero que intentó crear comunidades sin culto ni sacerdotes. En 1524 alentó la guerra de los campesinos, lo que le valió el enfrentamiento con el propio Lutero.

Tomás Moro: Consejero de Enrique VIII de Inglaterra. Permaneció en el catolocismo romano y luchó contra la herejía.

Ulrico Zuinglio: Discípulo de Lutero, implantó la Reforma en Zurich y Berna entre 1525 y 1528. Rechazando los sacramentos, simplificaba radicalmente la liturgia. También enfrentado con Lutero, un intento de unión fracasó en 1529 en el llamado “coloquio de Marburgo”.

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