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La “sunna” y el “hadiz” 
Las sectas
Escuelas teológicas y jurídicas 
Glosario coránico 
La primera sura o “Fatiha”

La “sunna” y el “hadiz”

Cuanto más crecía la comunidad y con mayor frecuencia surgían nuevos problemas, tanto más apremiante era la necesidad de fijar por escrito las sentencias y modos de obrar del Profeta transmitidos hasta entonces por tradición. Sólo así podía garantizarse que la comunidad se mantuviese fiel al camino de Dios.

La forma en que vivió el Profeta, su conducta, sus manifestaciones y hasta sus silencios, todo ello constituía una aclaración del camino de su vida (la sunna). Los detalles particulares del camino de Mahoma se conservaron en la tradición (el hadiz), que comprende la conducta del Profeta, sus sentencias, amonestaciones y ordenanzas, y la conducta de sus primeros compañeros. Sólo así podía garantizarse que la comunidad se mantuviese fiel al camino de Dios. Así, la valoración de la sunna, el camino del Profeta, fue haciendo de la tradición la segunda fuente de la religión islámica.

Sin embargo, la tarea de recoger las tradiciones existentes acabó por hacerse apremiante porque las sentencias y actuaciones que se atribuían al Profeta eran cada vez más numerosas. La arbitrariedad y la novelería hicieron acto de presencia y llegaron tan lejos que fue necesario poner un dique que estableciera principios y desarrollara métodos para distinguir las tradiciones auténticas de las falsas. Los requisitos que se establecieron para llenar las tradiciones auténticas hacían referencia a dos vertientes de cada tradición: por un lado su contenido y, por otro, la cadena de fiadores tradicionalistas de quienes se exigía una calidad moral capaz de respaldar la autenticidad de las afirmaciones.

De este modo, las compilaciones tradicionales que la ortodoxia islámica ha reconocido como genuinas fueron reunidas sobre todo en el siglo IX por al-Bujarí, Muslim, Abu-Dawud, al-Tirmidhi, Ibn Madia y al-Nasia, éste ya en el siglo X. A partir de estas colecciones, en el siglo XII se elaboraron epítomes como la Mishkat (“Nicho”) de al-Baghawi.

Las sectas

La primera escisión de la comunidad islámica fue muy temprana (año 660) y se debió a motivos políticos tanto o más que estrictamente religiosos. El gobernador omeya de Damasco, Muawiya, se alzó contra el cuarto sucesor de Mahoma, el legítimo califa Alí, y éste se dejó persuadir para llegar a un acuerdo. Se escindió entonces el Islam y se formaron tres grupos que defendieron opiniones distintas acerca de la legitimidad del acuerdo y las condiciones para asumir el califato. Estas tres tendencias -y en algunos casos sucesivamente divididas en nuevas ramas- han llegado hasta nuestros días.

Los sunníes defendieron a los omeyas. Para ellos bastaba con que el califa fuera miembro de la tribu de Mahoma, sin necesidad de que estuviera emparentado con el Profeta y sin que importaran las cualidades piadosas ni morales del califa.

Los jarichitas, o separados, abandonaron a Alí porque para ellos lo que contaba era el principio de que debía elegirse para califa al mejor, más piadoso y digno, sin que importara la consanguinidad con el Profeta, la pertenencia a su tribu o el derecho hereditario.

Los chiíes, o partisanos, defendieron el acuerdo del califa Alí y más tarde le rindieron pleitesía a él y a sus descendientes. Para ellos, para acceder al califato, era condición indispensable llevar sangre del Profeta. Fueron a menudo objeto de persecuciones y formaron una minoría asociada con otras escuelas religiosas y de tendencias místicas. Con el tiempo, los chiíes se escindieron a su vez en numerosas sectas, como los imamitas, los zayditas, los drusos, los ismailitas, los nusayríes, el babismo y el bahaísmo.

Escuelas teológicas y jurídica

La reflexión teológica islámica expone los fundamentos de la religión, la defiende frente a las otras creencias y proporciona bases a la vida religiosa de la comunidad islámica. Según las diversas escuelas, la argumentación pone el acento en la tradición, en la razón o en una tradición razonable.

Los tradicionalistas, o hanbalitas, se apoyan exclusivamente en el Corán y la tradición como únicas fuentes fiables de la fe y la práctica religiosa.

Los mutazilíes parten del principio de que el hombre es un ser al que Dios ha dotado de razón y tiene el deber de emplearla también en el campo religioso. Recomiendan adoptar la duda y no una falsa seguridad como principio en la búsqueda de la verdad: “Cinco dudas son mejores que una certeza”. La tradición y la fe, según ellos, han de someterse al control de la razón para eliminar las contradicciones.

Los asharíes, por su parte, se oponen al empleo desmesurado de la razón, que aboca a una fe racionalista, así como a la fe ciega tradicionalista. Este tradicionalismo racional de los asharíes fue durante siglos la posición de la ortodoxia islámica.

Pero el Corán y la tradicion no sólo definen los principios de la fe, sino que sobre todo establecen las normas de actuación práctica y las prescripciones de la ley. La fijación de las disposiciones legales ha dado origen, en el Islam, a diversas escuelas, todas ellas consideradas ortodoxas y, por tanto, legítimas. Hay cuatro principales escuelas jurídicas que, fundamentalmente, sólo se diferencian por el distinto valor que otorgan a la tradición o al consenso de la comunidad.

Los malikitas son conservadores y otorgan el valor máximo a la tradición. Los hanafitas se pueden considerar liberales y apoyados en la sana razón humana. Los shafiítas ocupan una posición intermedia entre los liberales hanafitas y los conservadores malikitas. Los hanbalitas, por su parte, siguen un tradicionalismo rígido y sin compromisos.

Glosario coránico

El Corán es, ante todo, un libro religioso, que define cierto tipo de relaciones entre el hombre y Dios, entre la criatura y su Creador. En su lectura, en su meditación y en su recitación millones de hombres han encontrado a Dios. Además, la influencia excepcional que ha ejercido y ejerce aún hoy día es incomprensible fuera del plano religioso.

La doctrina coránica conmueve por su simplicidad tanto como por la capacidad de proyección mística a la que lleva su estudio. Sus elementos fundamentales son la sumisión a la voluntad divina (“Islam”), la limosna a los pobres y la justicia en las relaciones humanas, la resurrección de los muertos y el juicio final. Aun así, algunos vocablos árabes y algunos conceptos particulares, como los que se describen a continuación, pueden ayudar a comprender el texto.

Agradecimiento: El agradecimiento es del hombre para con Dios, no de los hombres entre sí.

Alá: Dios.

Aleya: Versículo del Corán, considerado como signo de la omnipotencia de Alá.

Alquibla: Dirección de la Caaba en La Meca, adonde debe orientarse el musulmán durante la azalá.

Amonestación: Recuerdo que se hace de una enseñanza religiosa para su consideración. La “Amonestación” es el propioCorán.

Asociación o sinteísmo: Pecado enorme que consiste en equiparar a Dios con otro u otros entes. El asociador o sinteísta es diferente del idólatra y del politeísta.

Auxiliares: Los primeros convertidos de Medina al Islam, que dieron asilo al Profeta y a sus compañeros.

Azalá: Oración institucional obligatoria, diferente de la invocación.

Azaque: Impuesto-limosna legal sobre los bienes, diferente de la limosna espontánea.

El Camino: El camino que conduce a la Verdad, el camino por excelencia.

Corán: Escritura revelada por Dios a Mahoma con encargo de que la comunicara a los hombres. Otros nombres: “Escritura”, “Amonestación”, “Criterio”.

Creador: Alá es el único Dios, el creador del hombre. Éste le adora, se somete absolutamente a su voluntad y vive en su presencia.

Criterio: Norma que permite distinguir la verdad de la falsedad, el bien del mal, lo permitido de lo prohibido, a los creyentes de los que no lo son, y facilita la salvación.

Desagradecer: El desagradecido a los beneficios divinos pasa a ser infiel.

Desmentir: Decir a los enviados de Dios que mienten, tachar los signos de Dios de mentira.

Dios (Allah): El único Dios real. Alá es el vocablo árabe para designar a Dios y lo emplean tanto los musulmanes como los árabes cristianos.

Dirección: Lo que lleva rectamente hacia la verdadera religión. La Torah y el Evangelio son direcciones, el Corán es “La Dirección”.

Edén: El paraíso o morada de los bienaventurados.

Emigrados: Seguidores de Mahoma que emigraron de La Meca a Medina antes o después que él.

Enviado: El Corán no ofrece una clara distinción entre “enviado” y “profeta”, aunque los distingue. Para la tradición poscoránica, enviado es el receptor de la revelación divina que ha recibido el encargo de transmitirla a toda la humanidad o a una parte de ella. “El Enviado” es Mahoma. Para la tradición, es “profeta” quien recibe una revelación de Dios y predica, amonesta; la predicción del futuro le es extraña. “El Profeta” es Mahoma.

Escritura: Las Escrituras, en general, son todas las Escrituras reveladas por Dios. Las Escrituras mencionadas en el Coránson: la Escritura Matriz, el propio Corán, la Torah (de Moisés), el Evangelio (de Jesús), los Salmos (de David), las Hojas(de Abraham y de Moisés).

Evangelio: Escritura de los cristianos contemporáneos del Profeta.

El Fuego: El fuego del infierno.

Gabriel: Ángel encargado de la revelación de Dios a Mahoma. Llamado también “el Espíritu”, “el Espíritu Santo”, así como “el Espíritu digno de confianza”.

Gehena: Infierno.

Gente de la Escritura: Depositarios de una Escritura; en particular, los judíos y los cristianos.

Hanif: Monoteísta inflexible preislámico -no judío ni cristiano-, cuyo prototipo sería Abraham. Individualidad disidente en un medio pagano, buscador de Dios.

Hijos de Israel: Antepasados bíblicos de los judíos. Cuando en el Corán se habla de los “judíos”, se refiere a los contemporáneos de Mahoma.

Hipócritas: Es un concepto religioso. Eran medineses (y medinesas), musulmanes de palabra, infieles de corazón, observantes remisos, indignos de confianza, intrigantes, oportunistas. Su jefe era Abd Allah ibn Ubayy.

Las Hojas: Libros (hoy considerados aprócrifos) que contendrían las revelaciones comunicadas a Abraham y Moisés.

La Hora: El día de la Resurrección.

Iblis: Nombre personal del Demonio. En la sura 24 y en otras aleyas, Iblis es un ángel o un genio.

Ignorar: Suele tener una acepción moral -ignorar la ley de Dios- y alguna vez, intelectual.

Infiel: Aquel que, conscientemente, no acepta la revelación divina. Su postura, pues, no es pasiva, sino activa y, por tanto, es diferente de “pagano”.

Invocación: Oración individual y libre; por tanto, diferente de “azalá”.

Islam: Sumisión incondicional a la voluntad de Dios. De aquí la religión predicada por Mahoma, la “Religión”.

El Jardín: El paraíso terrenal; el paraíso o morada de los bienaventurados.

Judíos: Véase “Hijos de Israel”.

Letras enigmáticas: Son letras recitadas como si fueran del alfabeto al comienzo de 29 suras; están aisladas o formando grupos de hasta cinco, en combinaciones variadas, cuya significación, si es que la tienen, no ha sido aún resuelta satisfactoriamente. Podría tratarse de abreviaciones de palabras, frases o ideas de las suras; de nombres de propietarios de colecciones de suras; de símbolos mágicos, místicos, o de simples valores numéricos.

Lo oculto: Los misterios metafísicos.

Pagano: Quien no ha recibido la revelación divina; es, por tanto, diferente de “infiel”. Véase también “ignorar”.

Peregrinación: La peregrinación mayor a La Meca es de carácter colectivo y obligatorio, y se celebra en los días prescritos. La peregrinación menor es de carácter individual y potestativo, y puede realizarse en cualquier época del año. Con frecuencia, ambas peregrinaciones fueron confundidas ya en vida del Profeta.

Profeta: Véase “enviado”.

Saber: Muchas veces tiene más una acepción moral que intelectual. Véase “ignorar”.

Sakina: Término de difícil traducción, en su origen significa “presencia divina”. Los comentaristas musulmanes lo interpretan como “tranquilidad del alma”.

Servir: Cuando se dice “Servid a Señor”, suele significar “Dad adoración al Señor”.

Siervo: Suele sugerir la idea de “siervo del Señor”, “hombre”; alguna vez también “esclavo”.

Signo: En sentido amplio, evocación; en sentido estricto, prueba irrebatible (un fenómeno natural, un prodigio, una “aleya” de la omnipotencia de Dios).

Sura (en español también llamada “azora”): Capítulo del Corán.

El Ungido: Sobrenombre, de significado impreciso, de Jesús. En la aleya 45 de la sura 3 parece entenderse como nombre propio, pero no tiene forma de tal.

La primera sura o “Fatiha”

En el Corán la primera sura, “la que abre”, ha de ser puesta aparte. Los musulmanes la recitan sin cesar como oración y desempeña entre ellos el papel del Padrenuestro entre los cristianos.

¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso!

Alabado sea Dios, Señor del universo,

el Compasivo, el Misericordioso,

Dueño del día del Juicio.

A Ti sólo servimos y a Ti sólo imploramos ayuda.

Dirígenos por la vía recta,

la vía de los que Tú has agraciado, no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados.

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